He perdido la cuenta de la de veces que me han preguntado si se puede ser wedding planner y mamá. Es más, si se puede emprender y empezar de 0 con tu empresa de wedding planner a la vez que ser mamá. Y para mí la respuesta es simple: sí, por supuesto

De hecho, lo que yo no sé es cómo ser wedding planner sin ser mamá. Porque yo emprendí mi negocio cuando mi hija Andrea apenas había cumplido dos meses. Tomé la decisión de apostar por mí de una vez por todas y emprender. Llevaba demasiado tiempo postergando el momento de crear mi propia empresa de wedding planner. Si quieres aquí puedes conocer toda mi historia.

Así que con mi bebé y mi marido me fui a Madrid a hacer un curso presencial de dos días y ese fue el disparo de salida de lo que ha sido mi carrera como wedding planner. Por eso cuando digo que sí, que sin duda se puede ser mamá y wedding planner, sé de lo que hablo

Para mí ha sido una bendición ser mi propia jefa durante mi maternidad, la verdad. No sé lo que es tener que pedirle permiso a un jefe para irme del trabajo porque me han llamado del colegio para recoger a uno de mis hijos que está enfermo. Ni andar pidiendo favores para la semana de adaptación de la guarde, en la que el niño primero va una hora, después va dos, luego va tres… y es algo muy infernal. 

Obviamente no todos son ventajas en esto de ser tu propia jefa y ser mamá, pero si lo pongo en una balanza para mí gana tener libertad:

  • de tiempo, 
  • de poder tomar mis propias decisiones 
  • y de ser mamá y empresaria, cubriendo así todas las facetas de mi vida.

Eso sí, como te he dicho, fácil, lo que se dice fácil no es. Pero tampoco es algo imposible. 

Por eso quiero compartir contigo 5 consejos que a mí me han funcionado para conciliar mi maternidad con mi empresa de wedding planner. Si prefieres que te lo cuente en formato audio dale play al episodio del podcast. Pero si prefieres leerlo, quédate por aquí.

La pasión es la clave del éxito

Aquí va mi primer consejo: creo que la pasión es una de las claves de cualquier tipo de éxito. 

Cualquier cosa que hagas, si la haces con pasión ya tienes una pequeña garantía de que por ahí vas bien, de que si pones todo tu empeño y hay pasión, hagas lo que hagas, te va a salir bien.

Tiene que apasionarte ser wedding planner, de verdad. Si te has metido en esto debe ser porque de verdad amas las bodas, amas organizar, amas crear y diseñar desde cero esos días tan especiales para tantas y tantas parejas. Ver las caras de felicidad de tus novios el día de la boda, al comprobar como no solo has alcanzado sus expectativas sino que incluso las has superado. Eso es algo indescriptible y que no tiene precio. 

Pero no solo debe apasionarte ser wedding planner, también tiene que apasionarte ser mamá. ¿A qué me refiero con esto? Pues tiene que apasionarte pasar tiempo con tus hijos, jugar con ellos, leerles cuentos, dedicar un tiempo para desayunar, almorzar y cenar con ellos mientras te cuentan cómo les ha ido en la escuela. Y además, con toda la paciencia del mundo porque cuando son pequeños todavía les cuesta expresarse o dan muchos rodeos para contarte una cosa. Pero ellos tienen que sentir que te encanta escucharles, que de verdad te interesas por su vida. 

Si ahora, que estás arrancando, tienes poquito tiempo para estar con ellos, deben sentir que ese tiempo que estás de verdad les prestas atención con todos tus sentidos. Tiene que apasionarte ayudarles a estudiar, a preparar sus exámenes, a hacer sus deberes y sobre todo a que tengan las fiestas de cumpleaños más bonitas de toda su clase. ¡Que son hijos de una wedding planner, por favor! Así que sus fiestas tienen que ser lo más. 

Tienen que apasionarte estas dos facetas de tu vida, la de ser mamá y la de ser wedding planner. Y no están reñidas una con la otra, tienes que saber disfrutar de ambas. Y entenderás esto mejor tras mi segundo consejo.

Encuentra el equilibrio

Este es un punto muy importante, porque tienes que ser capaz de mantener este equilibrio entre lo que es tu vida profesional, tu carrera como wedding planner y emprendedora, y también tu vida personal como mujer, mamá y pareja. Y créeme, tienes tiempo para todo. 

El problema es que no sabes priorizar, porque con 24 horas te da tiempo para hacer todo. No puedes dejar que una de tus vidas, la de emprendedora o la de mamá, invada por completo la otra

Me explico. 

No pasa nada porque un día puntual una de estas facetas se coma la otra. Un día tienes mucho trabajo y no puedes pasar tanto tiempo con tus hijos porque ha habido un problema por cualquier tema. Ok, no pasa nada, solo es un día. 

O que un día no le puedas dedicar tiempo a tu trabajo porque uno de tus hijos se ha puesto malito y te tienes que quedar en casa con él, cuidarlo y prestarle toda tu atención. No pasa nada, esto entra dentro de la normalidad. 

Ya prevemos que haya días en los que no podamos hacer un 50-50. Ni siquiera todos los días tenemos que hacer un 50-50. Habrá días que haremos 70-30, 60-40, 50-50, 80-20, da igual. 

La cosa es ir encontrando ese equilibrio que nos permite ser mamá y empresaria, mamá y wedding planner. Lo que no podemos permitir es que una de esas dos vidas le esté quitando constantemente tiempo a la otra. Porque hemos emprendido para ser felices, tener libertad financiera, libertad de tiempo y calidad de vida. Y eso pasa por dedicar tiempo a nuestros hijos. 

Entonces no te olvides que sí, que estás siendo wedding planner porque adoras esta profesión, pero también adoras ser mamá y adoras pasar tiempo con tus hijos. Encuentra tu equilibrio. 

Aprende a priorizar

No te falta tiempo, de verdad. El problema es que no has aprendido a priorizar. Como te decía, los días tienen 24 horas y créeme, 24 horas es tiempo suficiente para atender tu negocio de wedding planner a tus hijos, tus necesidades como mujer y además descansar. Fíjate para lo que nos da tiempo.

Te voy a dar un consejo en esto de priorizar. 

  1. Haz una lista con todas las tareas que tienes que hacer esta semana, tanto las tareas profesionales como tus tareas familiares como mamá. 
  2. Una vez hayas hecho esta lista, elige tres colores diferentes.
    1. Con un color vas a marcar las tareas que son realmente importantes y que tienen que hacerse cuanto antes mejor, ya sean profesionales o familiares. 
    2. Con otro color vas a marcar las que son importantes pero pueden esperar un poquito, porque no son tan urgentes.
    3. Y con el tercer color las que no son tan importantes
  3. Una vez tienes marcadas las tareas por su relevancia, vas a ubicarlas en tu agenda. Primero las importantes y urgentes. Después las tareas que eran importantes pero no tan urgentes y por último si tenemos hueco colocaremos aquellas que no son tan importantes.

Acuérdate que debes englobar tanto las tareas profesionales como las familiares

Yo lo hago así, me marco como prioritarios los días que sé que tengo que ayudar a mi hija con sus exámenes, que tengo que ir a ver el torneo de judo de mi hijo, el festival de música de mi hija, las comidas familiares, las salidas en familia… cosas que para mí son importantes como madre. 

Y también me pongo las otras tareas que como empresaria sí o sí tengo que hacer y son importantes para poder llevarlo todo a cabo.

Una vez tienes todas esas tareas, haciendo esta criba las vamos esparciendo y así podremos llegar a todo.

Pide ayuda siempre que la necesites

No eres Wonder Woman y nadie espera que lo seas. No es necesario que tú lo hagas absolutamente todo. Por eso tienes que aprender a pedir ayuda, a sentirte merecedora de que tú también necesitas que te ayuden y que te echen una mano para que puedas llegar a todo. Especialmente en momentos que sientes que no llegas. Y cuando digo pedir ayuda, me refiero tanto en el trabajo como con tus hijos. 

Analiza en tu trabajo qué áreas son las que te absorben más tiempo y qué podrías delegar. Porque quizás puedas empezar a contratar a un asistente virtual que haga ciertas tareas administrativas por ti y te libere, o una community manager que planifique todos los contenidos de tus redes sociales, los programe y se vayan publicando solos…

En el plano familiar debes entender que no eres la única responsable de tus hijos. Si vives en pareja, tu pareja y tú los dos sois corresponsales al mismo nivel de vuestros hijos. Si los dos estáis trabajando y hay momentos puntuales en que los dos solos no llegáis a todo, está bien pedir ayuda, tirad de abuelos, de tíos o de canguros. No pasa nada. 

El caso es que tú no estás sola y que siempre puedes pedir ayuda. Y no es malo hacerlo. De hecho, es lo mejor que puedes hacer porque sola no podemos alcanzar el éxito en ninguna de nuestras facetas, ni el éxito como madre, ni el éxito como empresaria. 

Así que acostúmbrate a pedir ayuda. 

Ten mucha paciencia

Ten paciencia, de verdad. No esperes que todo vaya a salir bien a la primera o que todo salga perfecto. 

Spoiler, no va a pasar. 

Ni todo saldrá bien a la primera, ni todo saldrá siempre perfecto. No pasa nada. La vida es así, los emprendimientos son así. 

Cuando sientas que las cosas se ponen difíciles, que no estés llegando a todo o que las cosas no están saliendo como tú quieres, para, cálmate, respira hondo y recuerda que todo pasará, que solo tienes que tener paciencia. Recuerda por qué amas ser mamá y por qué amas ser wedding planner. 

Así que recuerda, para mí las claves para poder conciliar la maternidad con nuestra empresa de wedding planner son:

  • Tener pasión tanto por tu faceta como madre, como por tu faceta como wedding planner
  • Encontrar el equilibrio entre estas dos vidas y entender que hay momentos puntuales que una puede invadir a la otra, pero que esto no tiene que ser la norma. 
  • Priorizar y recordar qué tareas son las importantes y urgentes, las importantes y las no importantes.
  • Pedir ayuda, porque no hace falta que seamos superheroínas. Así que pide ayuda, cuanto antes empieces a hacerlo, más pronto empezarás a conseguir todos tus objetivos como profesional y como mamá. 
  • Y tener paciencia. No todo sale a la primera, ni todo sale siempre bien. 

Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco es tan difícil. Si realmente adoras ser mamá y si realmente adoras esta profesión, yo no puedo más que recomendarte que tires adelante. 

De verdad, yo pude desde el principio compaginar mi maternidad con mi empresa de wedding planner. Como te he contado, empecé mi empresa con un bebé de dos meses y eso no me impidió que consiguiera desde el primer año que mi empresa fuera rentable. 

Mis hijos son mi motor, donde yo encuentro la fuerza para luchar por mis sueños y para ser su ejemplo. Quiero que el día de mañana tanto mi hija como mi hijo sepan que pueden conseguir todo lo que se propongan y que si su madre pudo, ellos también pueden. 

Espero que este artículo te haya servido de inspiración y que veas que sí, que podemos ser mamás, podemos ser wedding planner y que podemos ser todo lo que nos propongamos.