Estoy segura que cuando empezaste a soñar con ser wedding planner, en tus planes no entraba emprender. Por eso es normal que ahora estés actuando como una autoempleada.

Si de verdad quieres ser wedding planner, tener una empresa rentable y vivir en exclusiva de esta profesión maravillosa, tienes que provocar en ti un cambio en tu mentalidad y dejar de pensar como una autoempleada para empezar a pensar como una auténtica empresaria.

Para ayudarte con ese cambio de mentalidad te voy a mostrar las 7 diferencias que hay entre una wedding planner y una wedding CEO.

Como siempre, si prefieres que te lo cuente en formato audio, corre a escucharlo en este episodio del podcast.

A priori esto de ser wedding CEO te puede parecer difícil. 

Cuando empiezas a soñar con ser wedding planner nadie te cuenta que, si vives en España o Latinoamérica, en el 99,99% de los casos tendrás que montar tu propia empresa. Porque el modelo tradicional de empresa de wedding planner, modelo que yo creo que está obsoleto, son empresas pequeñitas con una sola persona (a veces dos) que no suelen contratar a gente ni tener un equipo numeroso. Lo que sí que tienen todas es un equipo más o menos fijo de personas que les ayudan solo el día de la boda para el montaje y la coordinación. 

Con esta perspectiva queda claro que a día de hoy la única alternativa es montar tu propia empresa. Y aquí es cuando tenemos que empezar a trabajar ese cambio de mentalidad y empezar a pensar como una auténtica empresaria, que quiere un negocio rentable y que te dé esa libertad financiera, de tiempo y de vida que estás buscando.

1. Pensar solo a corto plazo

Una autoempleada o una wedding planner tradicional solamente se centra en el corto plazo, es decir, en lo que necesita ahora mismo. ¿Qué necesito? Pues X bodas, así que voy corriendo, hago lo que sea por conseguir esas bodas y después me centro en atender a los clientes. 

Cuando estoy llegando a final de año hiperventilo porque veo que la siguiente temporada está a la vuelta de la esquina y que no he conseguido clientes. De nuevo vuelta a empezar. 

Vivir en modo supervivencia no es vida. Estás constantemente agobiada atendiendo a las parejas que tienes y sufriendo porque no estás consiguiendo nuevas parejas.

Debes empezar a analizar la situación como una empresaria y pensar en el corto, medio y largo plazo. ¿Y esto cómo se hace? 

Quiero que te pares y reflexiones.

  • ¿Cómo quieres estar dentro de 10 años? 
  • ¿Cómo imaginas que va a ser tu empresa dentro de 10 años? 
  • ¿Qué objetivos quieres haber alcanzado? 

Tómate tu tiempo y escríbelo en un papel. Piensa a lo grande, 10 años es mucho tiempo.

Después tienes que pensar a medio plazo, es decir, si dentro de 10 años quiero haber conseguido eso, en 5 años ¿qué es lo que ya tendría que haber conseguido? Pues de nuevo escribe qué es lo que necesitas conseguir dentro de 5 años para así dentro de 10 haber alcanzado todo eso que has escrito primero. 

Y una vez has hecho este ejercicio ya es cuando tenemos que pensar a corto plazo, ¿qué es lo que tengo que haber conseguido de aquí a un año para acercarme a mis objetivos finales?

2. Trabajar apagando fuegos

La segunda diferencia que hay entre una empresaria y una autoempleada es que las empresarias trabajan por objetivos y las autoempleadas trabajan apagando fuegos constantemente. 

¿Qué significa trabajar por objetivos? Para mí está muy ligado a llevar un control absoluto sobre las finanzas de tu empresa. 

Deberías marcarte siempre un mínimo de un objetivo y un máximo de tres objetivos cada año. Pues siempre uno de ellos tiene que ser económico, por lo tanto, si simplemente nos marcamos un objetivo, este debería también ser económico. 

Trabajar por objetivos te ayuda a alcanzar esa tranquilidad financiera y a saber que tu empresa está siendo rentable. Por lo tanto no tienes que ir apagando fuegos, sino que puedes crear un plan estratégico que te permita alcanzar estos objetivos. 

Sin perder el tiempo con esos objetos brillantes que van apareciendo y que te pueden distraer de tu camino. Tendrás el foco muy claro y trabajarás para conseguir lo que te has marcado.

3. Vivir sin estrategia

Una vez ya hemos aprendido a pensar a largo plazo y a trabajar por objetivos, lo que nos toca es tener una estrategia. Te toca diseñar y ejecutar un plan de acción

¿Qué vas a incluir en tu plan de marketing para poder alcanzar tu objetivo? Pues si lo que quiero es facturar 30.000 euros, tengo que pensar primero cuántas bodas necesito cerrar para alcanzar esa facturación. Así que decide qué estrategias vas a utilizar para poder conseguir esas bodas y alcanzar la facturación que te has propuesto. 

Como ves, tener estrategia es otro punto muy importante y que está relacionado con la siguiente diferencia. una wedding CEO es no improvisar. 

4. Improvisar por costumbre

Una wedding CEO no improvisa, tiene muy claro cuáles son sus objetivos y diseña planes estratégicos bien detallados para poder alcanzarlos. Siempre tiene muy claro qué hacer. 

Una wedding planner, una empleada, se levanta cada mañana pensando “qué tengo que hacer hoy”. Eso significa que no tiene claro cuáles son sus objetivos porque no los ha establecido, no tiene un plan de acción claro y simplemente va apagando fuegos.

La improvisación es la enemiga del éxito. Si de verdad quieres triunfar con tu empresa debes tener muy claros tus objetivos, tus estrategias y no dejar lugar a la improvisación. Hay que ejecutar todo lo planificado, porque si lo haces vas a ver cómo consigues resultados. 

5. Hacerlo todo sola

Una empresaria, una wedding CEO, sabe que el éxito no se consigue sola y es imprescindible delegar. Una autoempleada, como no tiene esos planes a medio-largo plazo ni un plan estratégico de acción, no sabe qué es lo que tiene que hacer y le toca hacerlo todo a ella porque no tiene tiempo, pero es que tampoco tiene dinero para delegar esas acciones. 

Sin embargo, tú como wedding CEO tienes que tener claro cuáles son tus fortalezas, tus puntos fuertes, y saber cuáles son esas tareas que sí o sí tienes que hacer tú misma porque eres muy buena en ellas. Eso te ayudará a alcanzar tus objetivos. 

Y de la misma manera, tienes que identificar cuáles son esas tareas que son tus ladrones de tiempo, que aunque son importantes no es necesario que las hagas tú. De hecho, seguramente haya otra persona que las pueda hacer mejor y más eficiente. Así que detecta esas áreas y delégalas. Quizá gestionar tus redes sociales, quizá responder e-mails, no lo sé. 

Identifica cuáles son esas áreas que a ti te dan más pereza, que te cuesta más, que son más difíciles para ti, en las que además tú no eres tan necesarias y aprende a delegarlas. Yo sé que esto de delegar cuesta, que nos parece que nadie lo va a hacer como nosotros. Y efectivamente, nadie lo va a hacer como tú, pero es posible que alguien lo haga mejor que tú o que simplemente alguien lo haga bien.

6. Ignorar tu área de genialidad

Cuando empiezas a delegar y a centrarte solo en las cosas importantes para las que tú eres imprescindible, ahí es cuando tu empresa empieza a crecer porque tú te estás centrando. Tienes todo el tiempo para centrarte en lo que de verdad te va a hacer facturar, en lo que de verdad va a hacer que tu empresa crezca y el resto de cosas que a ti te parecen importantísimas y que en realidad no lo son, la va a estar haciendo otra gente. 

Tranquila, no significa que tengas que contratar a un gran equipo. Puedes delegar algunas áreas contratando a una empresa o a un freelance que, por ejemplo, te lleve redes sociales, a un asistente virtual que responda a tus emails, que lleve tu agenda, etc. 

Sé que delegar da miedo, a veces puede ser complicado y puede ser un dolor de cabeza terrible, pero créeme, las consecuencias de no hacerlo son peores que las de hacerlo. El no delegar significa que tienes que ser la mujer orquesta de tu empresa, la que tiene que hacerlo todo y nuestro tiempo es limitado y nuestra energía también. No podemos hacerlo todo. Así que tú céntrate en lo que de verdad eres buena y delega todo lo demás. 

7. Ser imprescindible

Aquí está la gran diferencia, a lo que creo que debes aspirar, y es que si tú no estás tu empresa debe seguir funcionando. Ahora mismo, con el modelo de negocio que estás creando, si tú no estás, tu empresa se hunde porque tú eres la mujer orquesta que lo hace todo. 

Eres la que atiende a todos los clientes, la que está buscando los proveedores para todas tus bodas, la que ejecuta todos los planes de marketing (si es que los tienes), la que lleva las redes sociales, la que contesta las llamadas… la que lo hace absolutamente todo. 

¿Qué pasa si un día te pones enferma? 

¿Qué pasa si un día no puedes estar al frente de tu empresa? 

Si tú no estás, tu empresa se hunde y esto no puede ser. 

Tienes que aspirar a tener un tipo de negocio, un modelo de empresa, en el que si tú no estás, no pase absolutamente nada. Porque tus clientes van a estar perfectamente atendidos por tu equipo, porque tus community managers van a seguir publicando en redes sociales, porque todos los emails que lleguen con nuevas parejas interesadas van a ser contestados… porque, en definitiva, toda tu empresa va a seguir funcionando.

A ver, me refiero a que no seas necesaria en un breve corto de tiempo, a que si te pones enferma, tu empresa pueda funcionar sin ti. A que si quieres irte una semana o 15 días de vacaciones, te lo puedas permitir porque hay gente que hace que tu empresa siga funcionando. 

Porque en el modelo de negocio que tienes ahora mismo si no estás, todo se queda en stand by. Y así las empresas no funcionan. 

En resumen, recuerda que tienes que empezar a pensar a corto, medio y largo plazo, a trabajar por objetivos, a tener una buena estrategia, un plan de acción y un plan de marketing para alcanzar esos objetivos y así dejar de improvisar, aprender a delegar y centrarte en lo que eres realmente buena y aspirar a tener una empresa que siga funcionando aunque no estés tú. 

Espero que te ayude con ese cambio de mentalidad.